La llegada de Fernando Gago a las Chivas de Guadalajara ha marcado un nuevo capítulo en la historia del club, especialmente en términos financieros y de expectativas. A diferencia de su predecesor, Veljko Paunovic, quien disfrutaba de un salario superior al millón de pesos mensuales, Gago ha asumido el cargo con un paquete de compensación notablemente diferente. Antes de su arribo a México, Gago percibía alrededor de 7 mil dólares mensuales, lo que se traduce en casi 120 mil pesos mexicanos. Sin embargo, al tomar las riendas de Chivas, su salario experimentó un incremento significativo, aunque no se ha revelado una cifra exacta, se estima que su remuneración aumentó en un 60% o 70% respecto a lo que ganaba en Argentina.



Este ajuste salarial coloca a Gago en una posición interesante dentro de la estructura de remuneraciones del fútbol mexicano, aunque aún lejos de las cifras que manejaban otros técnicos de renombre en Chivas, como Víctor Manuel Vucetich, cuyo salario superaba los 2.5 millones de pesos mensuales. La diferencia en la compensación entre Gago y sus antecesores no solo refleja la apuesta del club por un entrenador con menos experiencia en el banquillo, sino también la confianza depositada en su capacidad para liderar el proyecto deportivo de Guadalajara hacia nuevos horizontes.



Más allá de los números, la vida de Gago en Guadalajara ha comenzado con el pie derecho, estableciéndose en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad junto a su familia. Este cambio de residencia y el compromiso mostrado por integrar a su familia en su nueva aventura en México hablan de su determinación por adaptarse y triunfar en Chivas. La expectativa es alta, y aunque su salario no se compare con el de Paunovic o Vucetich, la verdadera medida de su éxito será su capacidad para transformar al equipo dentro del campo, superando los logros de sus predecesores y justificando la fe que el club ha depositado en él.





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