El rebaño se prepara para enfrentar el Play-In, el cual será decisivo para sus aspiraciones de meterse a la liguilla. En este formato, Chivas, al terminar en la novena posición, deberá ganar dos partidos consecutivos para clasificar a la "fiesta grande" del fútbol mexicano. Primero, enfrentará al Atlas y, de lograr la victoria, se medirá contra el perdedor del encuentro entre América y Tijuana. Cada partido es a eliminación directa, y en caso de empate, se definirá mediante penales.



Para el equipo de Arturo Ortega, no será un reto sencillo, ya que además de la presión de ganar, el técnico interino se juega su futuro en el club. Ortega, quien ha sido una figura fundamental en la temporada, es consciente de que su continuidad depende de los resultados obtenidos en esta fase. Su estancia en Chivas solo está asegurada hasta finales de diciembre, y la directiva ya tiene en mente un nuevo técnico para 2025, a menos que Ortega logre una actuación excepcional.

La única posibilidad de que Ortega conserve su puesto sería llevar a Chivas a la final o incluso conquistar el campeonato. En caso contrario, su salida sería inminente y Chivas se enfocaría en contratar a un director técnico que cumpla con las características ideales que buscan para un nuevo proyecto en 2025.



El Play-In no solo es crucial para el equipo, sino también para el futuro del banquillo rojiblanco. La afición espera que Ortega y sus jugadores demuestren la garra necesaria para avanzar y mantener vivo el sueño de competir por el título.





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